27 de agosto de 2016

Sigue el juicio al quilmeño Azcona por Odio de Género: escalofriantes dichos de Lucas Azcona

Lucas Azcona reconoció abiertamente ser el asesino de la estudiante chilena Nicole Sessarego. “Me hago cargo” la dijo a Telefe Noticias, en tanto que indicó que todo lo que diga a la familia "sería insultos".

El 15 de julio de 2014, a media mañana, el país se enteraba del crimen: Nicole Sessarego Bórquez, 21 años, chilena y estudiante de Comunicación Social en la UBA, había sido asesinada de once cuchilladas en la puerta del edificio de Don Bosco 4109, Almagro.

Ese mismo día, unas horas antes, Laura Sandoval, veía a su compañero de trabajo con un corte en una mano y restos de sangre en la cara y el cuello. El joven decía haber sido sufrido un intento de robo antes de entrar al hospital Julián Méndez, en Caballito. Rosa Villagrán, la jefa de ambos, llamó a la ART, para que intervenga.

Hoy a la mañana, Villagrán y Sandoval declararon en lo que fue la segunda audiencia del juicio por "homicidio agravado por odio de género" contra Lucas Azcona, su ex compañero de trabajo. Los testimonios de las trabajadoras del hospital sirvieron para conocer un poco más de la vida del acusado.

Azcona había llegado de “traslado” del Hospital Rivadavia. Allí, según había comentado antes sus nuevos compañeros, había sido víctima de un robo dentro del hospital, motivo por el que se habría peleado con su encargado. En el nuevo lugar de trabajo, Lucas comenzó a ser observado como un joven “raro”. Siempre vestía de negro y hablaba lo justo y necesario. A veces aparecía con ropa de mujer y teléfonos celulares y se los ofrecía a un precio bajo a los enfermeros o médicos.
Saldoval recordó que muchas veces viajaban juntos: se encontraban en Constitución y subían al 84. Trabajaban haciendo tareas de limpieza. “Lo raro era que Lucas se bajaba una o dos paradas antes. Decía que era para caminar un poco y despabilarse antes de entrar”, declaró. “Llegué a pensar que bajaba para asaltar, y que las cosas que vendía en el hospital eran sus botines”.
Pero no fue lo único curioso que contó ante el magistrado. “Una vez me quiso abrazar y tuve que decirle que no me gustaba que lo hiciera. Que no teníamos confianza para que me abrazara”. Hubo un segundo intento y una segunda aclaración. Sandoval aseguró que otras compañeras vivieron episodios similares.
Once días después Lucas fue dado de alto y regresó al trabajo. Al tiempo, Sandoval y Villagrán se enterarían, por un llamado telefónico, que Azcona había recibido un proyectil de arma de fuego. Nunca supieron las causas y no volvieron a tener noticias suyas. Sandoval reforzó su teoría: creyó que lo podrían haber herido en un intento de robo. Hasta que dos meses después vieron las imágenes y lo reconocieron: el acusado de haber asesinado a Nicole era Lucas era “el tipo ‘raro’ de limpieza del hospital.
Durante la audiencia también declararon dos policías, una hermana de Azcona y otra presunta víctima del acusado. El Tribunal no permitió que los periodistas escuchen su declaración. A lo largo del juicio, también declararán otras cinco mujeres presuntas víctimas de Azcona.