Ahora el boliche fue clausurado, y si bien en el allanamiento policial los efectivos no pudieron encontrar el arma (que desapareció “misteriosamente”) divisaron en la lugar las marcas de los proyectiles, por lo que uno de los patovicas quedó detenido.
Por estas horas el abogado del denunciante busca que la caratula de la causa tome mayor gravedad en base a esos disparos. Según comentaron vecinos y testigos del hecho, todo comenzó a las 8 de la mañana del domingo cuando guardias de seguridad del boliche y jóvenes que estaban dentro del establecimiento y comenzaron a pelear.
Sacaron a uno que, una vez afuera, se acercó a la puerta a preguntar por qué su contrincante no había sido retirado. El reclamo se hizo más efusivo y la violencia se trasladó a la calle, esta vez entre patovicas y adolescentes, con disparos, botellazos, palos y piedras, donde se registraron varios destrozos en domicilios linderos a este lugar.
La mujer herida recibió un botellazo en la cabeza, en tanto que a un hombre (el denunciante) le dispararon en el tobillo y a un amigo suyo en una de sus piernas.
